Reformar, regocijarse, aliviar: Restaurando el mundo a través de los tres diezmos de Dios
Cuando la iglesia de Hechos de los Apóstoles apareció en escena, esta desarrollo un sistema de bienestar social, no empezando por la sabiduría del momento, sino directamente de la ley de Dios. Basada en el trabajo de los levitas, que en el nuevo pacto pasaron a ser diáconos y el trabajo de esos nuevo “levitas” era financiado a través del mismo método que en el antiguo pacto: los diezmos. Dios proporcionó un modelo para el bienestar en su ley, estos son los tres diezmos descritos en las Escrituras: el diezmo levítico o social, el diezmo de regocijo y el diezmo de los pobres. Por esta razón vemos que los sacerdotes en Hechos 6:7—muchos de los cuales “se hicieron obedientes a la fe”—no eran convertidos a alguna nueva secta religiosa. En cambio, vieron su fe del Antiguo Pacto realizada y fueron testigos de la aplicación fiel de la ley de Dios en el diaconado y su correcta aplicación del diezmo. El cristianismo no fue una ruptura del pacto sino una continuación.
En el tiempo de la iglesia apostólica quien estaba a cargo de apoyar y los pobres, viudas, huérfanos y extranjeros era la iglesia (no como la conocemos hoy, llena de poder politico). El Estado no tenia (ni debería tener) esa responsabilidad. Hoy en día vemos a los cristianos de todas las denominaciones apoyando el Estado de bienestar y/o el socialismo (estatismo, de izquierda o derecha) pero no tienen idea que dice la escritura respecto a cuál es el deber del gobierno y de la sociedad civil. Promueven llevar a cabo el Reino de Dios a través de la fuerza y del poder politico, como que si esa fuera el mismo ideal de la iglesia apostólica. La religión del poder, centralizar el poder para “ayudar” a los más necesitados, cuando vemos en la realidad que lo que mas sucede es todo lo contrario, acumulación de poder y politicos cada vez más ricos y se hacen llamar los “benefactores del pueblo” (Lucas 22:25-27). Pero su fe no se detiene cuando todo esta mal, ellos promueven el proximo politico que mejorará la sociedad a través de la fuerza (la religión del poder) del Estado.
Este y otros libros de Matthew son imprescindibles para entender la sociedad que Dios promueve a través de su ley. No una sociedad que se consigue a través de la coacción, del abuso, de los impuestos, de centralizar el poder en pocos. Por el contrario, es una sociedad donde realmente el Reino de Dios avanza por medio de la obediencia a su ley, de llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo. De mostrar amor al prójimo cumpliendo con lo que dice la ley de Dios nos manda hacer y crear una nueva sociedad, basada en el amor, donde el Reino de Dios se hace cada vez más presente.
«El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.» — Mateo 13:31-32