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La imagen de Dios en el hombre

La imagen de Dios es la razón. Porque Dios es verdad la imagen debe ser la razón. La comunión con él, un propósito muy importante en la creación, requiere pensar y comprender. Sin razón, el hombre sin duda glorificaría a Dios como lo hacen las estrellas, las piedras y los animales, pero no podría disfrutarlo para siempre. Aunque en la providencia de Dios los animales sobrevivan a la muerte y adornen el mundo futuro, no pueden tener lo que la Escritura llama vida eterna porque la vida eterna es conocer al único Dios verdadero, y el conocimiento es un ejercicio de la mente o razón. Sin razón no puede haber moralidad ni rectitud: éstas también requieren pensamiento. Sin estos, los animales no son justos ni pecaminosos.

Justificación por Obras – Santiago 2:14-26

Pablo confirma que hay dos clases de justificación. En Romanos 4:2, Pablo dijo: “Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios”. Pablo había estado escribiendo sobre la justificación ante Dios (Rom 3:21–4:1). Pablo explicó extensamente cómo la justificación ante Dios es por fe aparte de las obras. Pero luego, en Rom 4:2, Pablo da a entender que hay un segundo tipo de justificación, una que es por obras, y que no es ante Dios. ¿Quién es antes? Evidentemente, es antes que los hombres.

La Biblia como verdad

El conocimiento de Dios es un sistema lógico, es algo que parece exigido por tres evidencias indiscutibles: primero, la información que ha revelado es gramatical, propositiva y lógica; segundo, el Antiguo Testamento habla de la sabiduría de Dios y en el Nuevo Testamento se designa a Cristo como el Logos en el que se esconden todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento; y tercero, estamos hechos a imagen de Dios, siendo Cristo la luz que ilumina a todos los hombres.